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Channel: Blog de la Biblioteca Regional de Murcia
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La biblioteca como musa

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Si en los 80 corrían malos tiempos para la lírica, según Golpes bajos; no queremos ni pensar qué tiempos corren ahora. Pero tiempos peores se padecieron, y eso no impidió que el talento y la necesidad de expresarse moviera a la gente. Son muchas las historias sobre artistas, o no tan artistas, que sobrellevaron los reveses transformándolos en obras furiosamente personales; y de entre todas las posibles historias al respecto, pocas tan emocionantes como la de la joven Charlotte Salomon.

Las "viñetas" de Charlotte Salomon

Descendiente de una familia en la que las mujeres acabaron suicidándose (una tía, su abuela, y hasta su propia madre), Charlotte decidió vivir por todas ellas; y lo consiguió, al menos en el arte. Porque en la vida, su condición de judía la llevó a ser ejecutada en Auschwitz, a la edad de 26 años. Sus dibujos, realizados algunos de ellos en el campo de concentración, resultan sobrecogedores. ¿Vida? o ¿Teatro?, llamó al repaso pintado de su corta vida, que en muchos casos recuerda claramente al cómic por su composición, y las resoluciones narrativas que utilizó.

Todos, tengamos habilidades pictóricas o no, dibujamos nuestra vida como nos dejan o podemos; pero los que han sido agraciados con talento para el dibujo pueden dibujarse a sí mismos como les venga en gana, y eso siempre resulta de lo más terapéutico. Como el artista de origen francés Sébastien del Grosso, que se realiza efectistas autorretratos, en los que abre un diálogo entre la verosimilitud de la fotografía, y la libertad expresiva del dibujo a la hora de expresar emociones.

Sébastien del Grosso dibujándose a sí mismo

Inspirarse en la propia vida, resulta de lo más práctico ( de ahí quizás la explosión de la literatura del yo de los últimos años); nada resulta más inmediato y empático que contarse a uno mismo. Pero como las bibliotecas no pueden retratarse a sí mismas, afortunadamente contamos con artistas para los que son toda una inspiración.



Primero fueron las acuarelas de Alison Rector que celebrábamos en Bibliotecas de clase media; y ahora es desde Canadá, desde donde nos llegan los 99 dibujos de las bibliotecas públicas de Toronto gracias a Daniel Rotszstai. Un proyecto que surgió donde mejor pueden surgir las ideas: estando de cervezas con unos amigos, que le recomendaron visitar algunas de las estupendas bibliotecas de la ciudad que no conocía. Daniel (de 25 años, uno menos que Charlotte cuando la asesinaron) se lo tomó como un trabajo, y en bici, autobús o a pie, fue dibujando hasta un total de 8 bibliotecas por día. Todos sus dibujos pueden verse en su web Todas las bibliotecas de Toronto, y actualmente se encuentra empeñado en la idea de publicar un libro con ellos.


El resultado de sus periplos por la ciudad, fue una visión única del sistema bibliotecario y de su ciudad; y llegó a conclusiones tan aparentemente obvias que en ocasiones se nos olvidan, y siempre viene bien remarcar:

  
"las bibliotecas son uno de los últimos espacios interiores de acceso público no comercializados [...] necesitamos más espacios como estos"

Y en espera de que algún artista local decida viajar por nuestra región dibujando nuestra (igual no tan bonita, pero sí estupenda) red de bibliotecas públicas, le ponemos banda sonora. Acostumbrados a pasear por nuestra ciudad, la mayoría de las veces no nos fijamos en los cambios que se van produciendo. A Daniel Rotszstai le pasaba algo así, hasta que sus amigos supieron abrirle los ojos a través de las maravillosas bibliotecas de Toronto.

Y el innovador director de cine Michel Gondry, en su vídeo para Kylie Minogue, nos demostró que siempre hay que intentar arrojar una mirada nueva a lo que nos rodea, para no perdernos los mil detalles que lo van cambiando todo, paso a paso.



Reciclarse reciclando

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Los libros siempre dando ideas
Pese al título del post que nadie piense que otra vez volvemos a la murga de que las bibliotecas estamos obligadas a reciclarnos, renovarnos, mejorarnos, adaptarnos, bla, bla, bla. No. En esta ocasión volvemos a otro tema recurrente en ocasiones en este blog, pero mucho más divertido: la segunda vida que el ingenio de algunos creativos saben insuflar a los libros deshauciados.

Cada primavera y otoño, coincidiendo con lo que en Murcia se denomina el deshollino de los hogares (lo que en el resto del mundo sería una limpieza general) nuestro servicio de Información y Atención al usuario se llena de cajas y cajas de libros, que sus dueños deciden donar a la biblioteca. Nosotros lo agradecemos, aunque en algunos casos, no estaría mal pensar que si esos libros no sirven ni para remediar la cojera de una mesa: ¿por qué no ejercer la conciencia ecológica y acudir al contenedor de papel?


En esos casos pensamos en qué bien nos vendría en nuestra ciudad un proyecto como el que dos ex-creativos publicitarios han montado en Roquetas de Mar (Almería).  

La reciclería, así se llama la empresa gracias a la cual, esta pareja, aburrida de tantos años frente a un ordenador, han podido dar rienda suelta a sus habilidades manuales, y han conseguido reciclarse en artesanos gracias al reciclaje.



Libros con luz propia (libros convertidos en lámparas), Alma de libro (objetos decorativos formados con libros) o Libros vivos (libros que sirven de maceta), son los principales productos en que se reconvierten los libros deshauciados que encontraban abandonados en contenedores; pero que ahora reciben directamente de muchos lectores que necesitan huecos en sus estanterías.

Sus productos seducen al primer vistazo, pero lo que definitivamente seduce es conocer casos de gente como ellos, que en un determinado momento de sus vidas, cambian el rumbo para hacer lo que realmente les gusta.



Mono ve, mono hace

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Monkey see, monkey do

Probablemente pocos recuerden la viejuna comedia televisiva Enredo, de los lejanos años 70 del pasado siglo. En esta precursora (e increíblemente polémica en su tiempo) parodia de los culebrones de amor y lujo, su personaje más divertido era el de Jessica Flecher, matriarca de la familia rica que protagonizaba la serie, cuya candidez y alegres despistes daban lugar a algunos de los mejores gags. Tal y como la presentaba la voz en off de los títulos de crédito: “Jessica ama la vida, lo único que añadiría si pudiera sería un fondo musical”.

La divertida, y provocadora, Enredo
Y treinta y pico años después, el deseo de la heroína de Enredo se ha hecho realidad para todos, lo malo es que el resultado no es tan bucólico como la ingenua Jessica hubiese querido. Ya lo teorizaron Teodoro Adorno y Walter Benjamín cuando con la invención del gramófono y la radio, se inauguró la posibilidad de disfrutar de la experiencia musical en el propio domicilio. Hasta el siglo XX, la experiencia musical era forzosamente en vivo; requería de una atención activa por parte del oyente, pero al convertirse en un acto tan rutinario como darle al play, toda el aura se pierde, y de ahí a faltarle al respeto había solo un paso.

Madonna liándose con la red
En nuestra Pasarela BRMU/Pedro Lobo, aparte de por supuesto la moda, la música lo es todo a través de libros y películas, porque los discos preferimos no incluirlos.

Sin música, la vida sería un error” que sostuvo Friedrich Nietzsche, y la recientes noticias de las filtraciones de los últimos trabajos de dos estrellas tan mediáticas como Madonna (en cuyo vídeo precisamente combina tauromaquia con Nietzsche) o Björk, no hace más que evidenciar el error vital que supone esa falta de respeto absoluto hacia el trabajo ajeno, que se ha ido extendiendo por la red.

En el último, y como siempre, imprescindible estudio de Fréderic Martel: Smart : Internet(s) la investigación, fruto de sus entrevistas por todo el mundo indagando en cómo se vive Internet según los países y las culturas: Martel cuenta como para los jóvenes palestinos que viven en la franja de Gaza, la sola idea de pagar por algo que hay en Internet les suena a marciano.

Y como el monkey see, monkey do (lo que el mono ve, el mono lo hace) es ya planetario, un mínimo respeto al esfuerzo ajeno se hace casi misión imposible. Las industrias culturales buscan medios para la supervivencia, y como la música fue la primera y más afectada por esta apertura digital; será cuestión de imitarla. Los músicos en la actualidad confían sus ingresos más a los directos, que a las ventas de sus discos; y las bibliotecas como partes afectadas por las zozobras que se deriven de la piratería de libros y películas, estamos obligados a tomar ejemplo de la música.

Hoy día, la biblioteca ha de proponer una oferta que haga que merezca la pena desplazarse hasta nuestras instalaciones; para vivir la cultura en vivo, y no en diferido. Por eso, dentro de esta Pasarela BRMU/Pedro Lobo vamos organizar un concierto de música clásica en colaboración con el Conservatorio Profesional de Música de Murcia, que nos asegura esa liturgia de la música en directo que ningún ordenador puede sustituir.

María Popota, relacionando música y literatura
Moda, música y literatura en vivo. Una experiencia que propone en digital, sin moda de momento, la interesante web de Literary jukebox (cargador de discos literario) donde la bloguera, escritora, crítica búlgara afincada en Brooklyn, María Popota une citas literarias con canciones a las que podrían asociarse. Y así van surgiendo parejas de los más sugerentes: Virgina Wolf con David Bowie, Henry Miller con Joan as a police woman, Beethoven con Susan Sontag o Séneca con Patti Smith.

Una estupenda excusa para rastrear conexiones, que es, en definitiva, lo que debemos hacer las bibliotecas ahora más que nunca.

Filtro de amor

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Hace unos días se celebraba la efeméride de los 30 años desde que se editó el archifamoso tema We are the World. Repasar la nómina de celebridades del mundo de la música que intervinieron en la iniciativa solidaria por África a través de este tema, es de auténtico vértigo viéndolo en perspectiva.

Sobre las movilizaciones de famosos por causas benéficas, siempre sobrevuela un ligero aire de sospecha; que se disipa rápidamente si el resultado merece la pena. Ni por asomo comparamos asuntos, pero no estaría mal que dado el gran número de músicos, sobre todo que los últimos años, que han defendido a las bibliotecas, les diera por crear un We are the libraries. La inexistente coral de la Regional, estaría encantada de dar el do de pecho en tamaño hit.



En Gran Bretaña es donde más movilizaciones se han dado durante estos años de crisis en defensa de las bibliotecas: por parte de músicos, pero también de actores o escritores. En nuestro país, en cambio, salvo manifestaciones de apoyo dispersas ( Javier Marías o Manuel Rivas por ejemplo), no se han prodigado demasiado desde ningún sector de la cultura a la hora de reivindicar a las bibliotecas. Por eso nos fijamos tanto en campañas foráneas, como por ejemplo, la que de manera ejemplar, valga la redundancia, están llevando a cabo en Italia.




Editores, libreros y bibliotecarios del país han organizado una campaña conjunta en las redes sociales para ensalzar la lectura. Twitter, Facebook, Instagram o Google + serán algunos de los circuitos por donde se repetirá el hashtag#ioleggoperché (lo leí), con el que han implicado hasta a las redes de supermercados (ya lo hemos dicho más de una vez: las bibliotecas públicas somos supermercados de la cultura). E incluso la red de ferrocarriles se une celebrando un bookcrossing a nivel nacional.

Todo con tal de motivar a los que leen, en una campaña que llegará hasta el 23 de abril: día en que se clausurará el proyecto en Milán, con un gran evento que se retransmitirá en horario de máxima audiencia a través de la RAI3. Pese a Berlusconi, parece que la televisión en Italia va más allá de las Mama Chicho y descendientes españolas.



¿Imaginamos algo similar en nuestro país? Por nuestra parte que no quede, estamos más que dispuesto a colaborar en lo que haga falta para una campaña nacional, mundial o intergaláctica para declarar nuestro amor por la lectura y la cultura en general. De momento, y de manera muy modesta nos quedamos con nuestro concurso de cartas de amor cuya resolución será esta semana.

La idea proviene también de otra campaña extranjera, en este caso de nuevo de las muy activas bibliotecas escocesas; donde lanzaron a finales del año pasado, un concurso para que tanto usuarios, como artistas o escritores, enviasen cartas de amor a su biblioteca favorita. Un filtro de amor para celebrar un San Valentín diferente, en el que la defensa y la reivindicación de las bibliotecas, inspire las pasiones más desatadas.



Deseando estamos de leer las cartas ganadoras de nuestro concurso, a ver si las bibliotecas somos el objetivo amoroso de algún romántico participante; o somos objeto de su desamor, que también puede ser. Siempre que salgan del corazón (puestos a darnos al tópico no conocemos freno) nos damos por felices. Tan felices y entregados como los chicos de Metronomy (grupo confirmado para el próximo SOS 4.8) en la interpretación de sus Love letters (Cartas de amor):





Algoritmo de amor

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En Placeres culpables hablábamos de los exóticos seguidores que muchas veces nos cruzamos por este mundo digital (no más exóticos que los que nos cruzamos por la vida en general, pero ¿quién no es exótico para otro en algún momento?). El control de lo que se dice y hace en Internet, siempre supone un delicado equilibrio entre la protección y la censura. Lo ideal, en un mundo ideal, sería disponer de un filtro, una varita mágica digital con la que borrar todo rastro de grosería o agresiones verbales en las redes.

En algo así pensaron en Coca Cola de cara a la última Super Bowl (ya saben, el macro evento deportivo de los USA), y se decidieron a lanzar una ingeniosa campaña publicitaria que aspiraba a llenar las redes sociales de amor y buen rollo, pero los duendes (o demonios de Internet) no se lo iban a poner fácil. 

Dibujos en los que se convertían los tweets desagradables

Bajo el hashtag@MakeItHappy (Hazlo feliz), Coca Cola animaba a los tuiterosa responder a los mensajes cargados de malas vibraciones y odio con el hashtagen cuestión; y un algoritmo actuaría de inmediato transformando los mensajes negativos en dibujitos de color rosa. La campaña arrancó semanas antes de la Super Bowl con spots publicitarios como éste:





Hitler hipster con problemas a la hora
de escribir su libro
El ingenio publicitario del refresco, famoso por ser la chispa de la vida, auguraba una vez más una campaña brillante; pero los trolls recalcitrantes no entienden de filtros, ni de algoritmos de amor. Pacientes y obstinados en su vocación de hooligans digitales, se decidieron por ir publicando un capítulo entero de Mein Kampf (Mi lucha) el ignominioso libro escrito por Hitler, en el que daba rienda suelta a sus delirios ideológicos (y uno de los libros más sustraídos en la biblioteca).

Al final ningún algoritmo fue capaz de transformar tanto odio en amor, y la multinacional del refresco terminó por clausurar la campaña.

Las lecturas sociológicas que pueden hacerse dan escalofríos, no sólo por haber elegido los trolls el libro de Hitler para boicotear la campaña; sino por ese afán por acabar con una idea tan positiva. La dulzura de la zarzaparrilla lo tiene difícil para prosperar en el implacable mundo de las redes sociales.

Michael Sam y su novio compartiendo su
felicidad en las redes

Tal vez, la lección que se pueda sacar de todo esto, la dio el jugador gay de fútbol americano Michael Sam, que precisamente colaboró en uno de los anunciosde la marca. Sam contó en un spot de la marca, su experiencia en las redes sociales. El hecho de mostrarse abiertamente como deportista gay, con su pareja, le hacía recibir miles de mensajes de odio y hasta deseos de muerte (la cobardía del anonimato no conoce límites); y la forma que él tiene de darle la vuelta a todo es la de contestar de manera positiva y educada. Y puede que ahí resida la mejor estrategia posible contra tanto frustrado.

No se trata de poner la otra mejilla, sino de que te resbalen las malas vibraciones, de boicotear a los boicoteadores mostrando la satisfacción que pueden ofrecer las infinitas posibilidades de las redes sociales usadas de forma constructiva. Y después de eso, el que quiera aprender que aprenda, y el que no que siga rumiando su amargura en digital.

Siempre será mejor una estrategia de este tipo, que no lanzarse a cazar trolls por la red como se ha propuesto la empresa de antifraudes cibernéticos Trustev. La empresa de origen irlandés, está adaptando un software desarrollado por ellos para el comercio electrónico, para que se pueda bloquear a los trolls y demás visitantes indeseados que entren en webs de medios de comunicación y blogs.

La empresa irlandesa Trustev, especialistas en rastrear huellas digitales.
Ahora decididos a ser los Van Helsing de la red a la caza de trolls

La idea en sí es buena, sobre en todo en casos clarísimos de ciberacoso, pero como todo, es cuestionable. ¿Hasta que punto no se estaría abriendo la puerta a la censura?, ¿ los medios de comunicación,  blogs, redes sociales, no pueden terminar convirtiéndose en medios sesgados?, ¿no es mejor excluir, por supuesto, todo lo que pueda incurrir en lo delictivo, pero dejar que cada uno exprese su opinión libremente, por desagradable que pueda resultar?

Dudas apasionantes para el encendido debate que plantea el nuevo panorama digital. Un debate que alguien como Michael Sam (un tipo que en un cara a cara, y con un solo meñique, derribaría a más de uno de esos trolls que le insultan por la red) resuelve de la manera más elegante: ignorando lo negativo, y potenciando lo positivo. Y así queremos cerrar este post, con un fantástico vídeo lleno de amor y música del grupo Ok Go (Ok, vamos) para su tema I won't let you down (No te voy a defraudar). Todo una declaración de principios de cuál es la actitud para combatir a tanto troll como nos cruzamos en nuestro día a día.




Carta de amor a una usuaria

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Querida usuaria: 
Podría decirse que el nuestro es un amor idílico. Algunos lo considerarían mera fabulación por mi parte, pero me niego a aceptar la superioridad del atlas ilustrado sobre el que me apoyo y al que todos admiran. 
Te gusta viajar, correteas cada martes y jueves con precisión británica por el pasillo de geografía, mirando lasciva a todos los que compartimos el noventa y uno.Veo tu espalda y me altero con el toqueteo de tus uñas perfectas sobre los tejuelos de los fríos libros que hablan sobre los países nórdicos.
Pero hoy, querida usuaria, ha sido al fin un gran día. Has acariciado mi lomo, has hojeado mi contraportada, y revisando el tiempo que llevaban sin tomar aire fresco. Me avergüenzo de mis páginas amarillentas. Me has ofrecido al bibliotecario para que pueda sentir el frío láser en mi código.
Al fin he podido descansar en tu cálida mesita de noche, lejos del frío de la estantería metálica que cala mi papel a diario. Después de ofrecerte todo lo que sé sobre la sabana africana me has echado sobre tu pecho y has comenzado a soñar con salvajes leones y cebras.
Dame una moratoria querida usuaria, permíteme pasar los quince días exactos a tu lado, y si te sientes feliz  junto a mí pide licencia para que me quede un mes más. Quiero llegar renovado a mi biblioteca y guiñarle el ojo al atlas ilustrado cuando corretees a toda prisa buscando, entre el pasillo de geografía, un lugar más para viajar cada noche en tus sueños.

Alba Franco Elvira (Murcia)
Primer premio del Concurso de Cartas de amor BRMU 2015




Rave bibliotecaria o Biblioteca okupa2

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Imagen de la famosa casa okupa de Berlín, Tacheles. Toda una institución
en la ciudad, desalojada en 2012


No llegamos a los 300 seguidores dados de alta oficialmente (cifra que parece se considera el límite a partir del cual eres alguien importante en la blogosfera), pero nuestro poder de influencia social a través de este blog es cada vez mayor. Y para quien no nos crea, sólo hay que cotejar fechas. 

En marzo del 2012 mencionábamos por primera vez el concepto de Biblioteca okupa en este blog. En aquella ocasión nos referíamos a la tendencia en los E.E.U.U. de abrir bibliotecas en centros comerciales abandonados; y en febrero de 2013, un grupo de jóvenes okuparon la Biblioteca Central de Rivas-Vaciamadrid (el nombre en sí ya era una incitación a la ocupación), que como aquella bibliotecasin puerta a la que dedicamos un poema: había sido abandonada a su suerte por las autoridades municipales, sin ni siquiera inaugurarla.



La BOA (Biblioteca Ocupada Autogestionada) es gestionada por los jóvenes okupas, y comparte espacio con asociaciones de culturales tales como Célula Radical Arterrorista (al Arterrorismo que tanto predicamento está teniendo en Rusia) u organizaciones como Sureste Obrero. Según reza en la web de Okupatútambién: “son las vecinas y vecinos los que tienen la responsabilidad de trabajar para mantenerlo a flote” El colectivo se define como anticapitalista, feminista, antifascista y horizontal, que nace para organizar la actividad política de Rivas-Vaciamadrid al margen de las instituciones, a las que consideran obsoletas.

La razón de la BOA haya vuelto a la actualidad, ha sido la denuncia presentada por UPyD por la celebración de una nueva fiesta ilegal (tras la de Nochevieja) bajo el nombre de Sharnaval hortera. Una fiesta como las que se conocen como raves: fiestas ilegales y espontáneas, muchas veces sin sede fija,  que congregan a gran número de fieles a la música electrónica (sobre todo a finales de los 80). El espíritu de las raves era la improvisación y fomentar el buen rollo entre sus participantes; y, en sus orígenes, se convertían en centro de reunión de clases trabajadoras. Descritas así no desentonan para nada con algunas funciones propias de una biblioteca; así que excluyendo el tema drogas: ¿para cuándo una rave en la BRMU?

Intervención de una biblioteca londinense por parte de Banksy,
el artista urbano más famoso a nivel mundial

Pero volviendo a lo que nos interesa, ¿deberíamos exigir derechos de autor al colectivo okupa por apropiarse del concepto de Biblioteca okupa? Se empieza con cosas así y se termina acusando de plagio literario a Ana Rosa Quintana. Mejor nos centramos en cosas menos paranoicas y más prácticas.

Por ejemplo, en resaltar la vigencia que la institución de la biblioteca sigue preservando como instrumento para el cambio social. Dentro de los objetivos (ilusorios o no, eso ya se lo dejamos a cada uno) de cambiar la sociedad que tienen estos grupos, el que la biblioteca se considere un espacio deseable para okupar, nos reafirma en su importancia como símbolo; y eso, no puede más que gustarnos y halagarnos. Es como la coquetería de una dama más que centenaria, que pese a todo aún se siente deseada.

Pero volviendo a los okupas, y a las raves, no tenemos noticia de si finalmente la fiesta Sharnaval hortera llegó a buen fin, pero nuestra propuesta de cierre no puede ser más festiva y revolucionaria. El buenísimo vídeo del grupo Daft Punk para su tema de los 90, Revolution 909, es de lo más apropiado para pegarse un baile en cualquier rave de provecho. Y a la par, su historia nos sirve de moraleja: en ocasiones, un simple tomate puede cambiar nuestra suerte de la manera más inesperada.

               

Las bibliotecas somos el nuevo rock and roll

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Hay obras que saben cómo engancharte con muy poco. El cómic recién llegado a nuestra Comicteca, Nowhere Men, es uno de esos títulos que con una sola frase hacen que ya te pique la curiosidad.

La combinación entre la imagen chulesca y desafiante de la chica dibujada en la cubierta, junto con el eslogan de su camiseta (La ciencia es el nuevo rock and roll) te llevan como mínimo, a echarle un vistazo a ver de qué va.

Y lo que te encuentras, es una original primera entrega de una historia que va más allá de la ciencia ficción, y que promete una serie de lo más innovadora e intrigante. Cual McCartney, Lennon, Starr y Harrison, cuatro científicos protagonizan esta historia, en la que sus referencias a The Beatles no resultan para nada gratuitas; y donde la ciencia como el nuevo rock and roll, va cobrando cada vez más sentido.

El ingeniero padre de
la electricidad comercial
El rock and roll surgió como una respuesta al anquilosamiento social y de costumbres de una época; y siempre ha sido (o debería serlo, antes de que la radiofórmula y los OT y sucedáneos arrasasen) un permanente instrumento para el cuestionamiento, y la rebeldía ante esquemas mentales estancados (tal cual como debe aspirar a ser toda biblioteca de pro). Y eso también es lo que vienen ofreciendo los avances científicos desde el siglo XIX (por no remontarnos más atrás).

No vamos a decir que Eduard Punset tenga categoría de rockstar, pero casi. Sus fans se cuentan por miles, y figuras como Stephen Hawking son ya iconos de la cultura pop, plenamente asentados, por no hablar de los Bill Gates o Steve Jobs, deidades de esta era tecnológica que nos empuja a mirar el mundo desde otras perspectivas.

Además, la ciencia se ha convertido en un tema estrella que da para muchos, muchos artículos en la prensa generalista. Los tan socorridos estudios sobre las cuestiones más peregrinas de universidades extranjeras que por supuesto ni sabíamos que existían, y que dan pie a tantos jocosos comentarios en las tertulias televisivas. Por ejemplo, el Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales, Howard Gardner sostiene en su obra Estructuras de la mente que Si pudiéramos explicar la música, podríamos encontrar la clave para todo el pensamiento humano”.

Un interesante artículo de la Rolling Stone bajo el nombre de El rock nos hace más listos, lo contaba hace tres años, así como mencionaba el denominado efecto Mozart. Lo que viene a sumarse a los beneficios de la lectura científicamente demostrados  de los que hablábamos en Sheldon Cooper ya lo sabía.

El caso es que desde que en los 90, la psicóloga Frances Rauscher expuso a 36 estudiantes durante 10 minutos a la música de Mozart, y constató los efectos positivos que tuvieron en pruebas de razonamiento espacio temporal; un rosario de estudios posteriores han apoyado o rebatido la idea de que escuchar a Mozart nos haga más inteligentes. En cambio, lo que no precisa de ningún estudio científico que lo corrobore, es el convencimiento puramente empírico de que la música que nos gusta actúa de manera beneficiosa en nuestro ánimo.

El Hawking de los Simpson
Y como hay un estudio para cada asunto, no faltan los que exponen los beneficios y perjuicios de la música según su género. Así, los efectos de escuchar música clásica no sorprenden cuando se la asocia a la relajación, y al aprendizaje activo; pero sí resultan más curiosos en el caso de la salsa, por ejemplo,cuando sostienen que aporta una combinación de dopamina y adrenalina, relaja y activa al mismo tiempo; o que el rock no es un gran aliado de la concentración,pero sí de la resistencia. El resto de géneros (reggateon, rap o techno) quedan en los márgenes, y se asocian a la estimulación física, también muy necesaria, más que a la psíquica. Pero como en todo, dependerá de si la música en cuestión, nos gusta o no.

El caso es que todo esto nos sirve para reafirmarnos en lo acertado que fue combinar matemáticas y música en la selección para nuestra Pasarela BRMU/Pedro Lobo (que ya tiene los días contados); y para chulearnos y asegurar que las bibliotecas también somos el nuevo rock and roll en esta era digital. 

Logo del show televisivo de La 2 dedicado a la ciencia


Pasarela BRMU: Las culpaSS

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Un tipo se me acerca y me pregunta: "¿Qué es punk? Yo le doy una patada a la basura y digo: "Eso es punk". Entonces él le da una patada a la basura y dice:"¿Es eso punk?" y yo le digo: "¡No, eso es moda!"

Esta certera definición de punk dada por Billie Joe Armstrong, el cantante del grupo Green Day, viene muy a propósito para nuestra Pasarela BRMUokupada porLas culpaSS. Las propuestas de Alexandra y Marta, las dos integrantes de este dúo murciano que reivindica el feminismo más combativo a través de sus diseños; les dan patadas a los convencionalismos, no por imitación sino por convicción, y sacuden la basura anacrónica de tanto estereotipo sexista, para transformarla en moda.

Ante el peligro inminente de muermo por exceso de corrección política, Las culpaSS echan mano del
revulsivo del punk, para reclamar cuestiones que deberían haberse superado en nuestros días desde hace décadas. A través de su colección Degenerado Club Deportivo recurren a la ironía para jugar con los estereotipos de género en un ring improvisado de boxeo; en el que el marcador ya está fijado de antemano, derrotando por completo al patriarcado.

La selección de libros, películas o cómics que acompañasen tal propuesta no podía pecar de tibieza; así que desde clásicos contemporáneos del feminismo más guerrero como la Teoría King Kong, hasta los ensayos de Beatriz Preciado, el Devenir perra de Itziar Ziga o hasta la guía de Porno para mujeres de Erika Lust, se entremezclan en sana y caótica mezcla con las Pussy Riot, las sufragistas, Olympe de Gouges, Simone de Beauvoir, los Sex Pistols, las Supervixens de Russ Meyer, Bette Davis o Mae West.



Feminismos de barricada, y feminismos de oropel y lentejuela; de todo hay en esta Pasarela BRMU/Las culpaSS. Porque hablar del movimiento de liberación de la mujer, es hablar también del movimiento que ha permitido a muchos hombres liberarse del aburrido papel que les tocaba en el reparto. Por eso, durante el mes en que se celebra (no por casualidad) el Día Internacional de la Mujer, la Pasarela BRMU/Las culpaSS es toda una promesa de sana provocación, reflexión, debate, controversia, pero sobre todo: diversión y buenas historias.



Y nada mejor para cerrar este post, que el vídeo-collage con que Las culpaSS presentaron su proyecto Todos mis gallos. Poco más de dos minutos en los que se condensa de la mejor manera posible cual es el concepto que se mueve tras sus diseños, y que va a sacudir nuestra Pasarela durante el mes de marzo.





Centrifugando el 2015 [enero]

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[Haz clic en las letras verdes, y centrifuga tu cerebro] 

Siempre cabe un posibilidad por pequeña que sea de mejorar cuando se inicia, o mejor dicho, se reincida algo. Por eso empezar a centrifugar el 2015 en este blog, es una nueva oportunidad (y van) de mejorar respecto a lo previo; si se consigue o no, los siguientes meses lo dirán.

Por el momento, empezamos el año con mucho movimiento. Con el mareante baile de imágenes en movimiento con que reflexionar/ironizar sobre lo hiperestimulados que estamos todos, sin necesidad de que nos diagnostiquen ningún trastorno de déficit de atención.




El escándalo siempre vende, ¿siempre? Estamos ya tan saturados que cada vez es más difícil llamar la atención, así que llegamos a la conclusión de que la sobriedad es el nuevo exhibicionismo. Aquello de que menos es más, en vista de cómo se desarrollan las cosas en nuestros días, va a ser cada vez más necesario.

Impactados quedamos también, como tantos otros medios, ante las palabras de un gurú de nuestro tiempo como el fundador de Facebook, Mark Zuckerberg, sobre libros y lectura. Pese a todo, desde las bibliotecas sólo pudimos darle las gracias; eso sí, una vez recuperados del estupor inicial. Lástima que según las últimas noticias, parece que las buenas intenciones de Zuckerberg respecto a los libros, no están teniendo el predicamento que se esperaba dada su supuesta autoridad sobre las masas de Internet. Pero demos tiempo al tiempo, algo que no se estila mucho en el acelerado mundo digital.

Y es que formas de fomentar la lectura hay muchas, y Zuckerberg no es la primera estrella (de una categoría hasta hace unos años inexistente, pero estrella al fin y al cabo) que sirve como ejemplo a imitar.

En el Hollywood clásico, no era muy propio lo de lanzar campañas pro lectura, pero en Más estrellasque en una biblioteca, pudimos constatar que hasta en la meca del glamour y la frivolidad, el amor por los libros contradecía en muchas ocasiones la imagen superficial que se suele asociar siempre con la capital del cine.

Y de la fábrica de sueños, también nos deslizamos a las ensoñaciones que nos aportaban los dibujos de Daniel Rotszstai de la red de bibliotecas públicas de su ciudad Toronto: auténticas declaraciones de amor arquitectónicas y literarias, que nos daban pie a conmovedores recuerdos sobre la obra y vida de Charlotte Salomon, o a los interesantes experimentos gráficos de Sebastien del Grosso. Maneras de experimentarse, de narrar la propia vida a través de los dibujos, de sentir a la biblioteca como musa inspiradora.



Y con nuestra Pasarela BRMU dedicada a Pedro Lobo, no dejábamos del todo el mundo de los sueños. Si bien su colección inspirada en la música, se anclaba firmemente a la tierra gracias a la relación que establecíamos con las matemáticas; lo cierto es que sus diseños no pueden esconder un cierto componente onírico, que forma parte de ese encanto especial que lleva inherente todo lo que crea este estupendo diseñador murciano, al que tanto nos alegramos de haber tenido formando parte de nuestro proyecto.

Pero como no todo podía ser tan amable, también tuvimos tiempo de echar un vistazo a uno de esos enfrentamientos (¿WTF?, perdón por la grosería en inglés, pero viene a cuento dado el asunto) que no dejan de resultar cómicos en su absurdo: los enfrentamientos entre frikis y hipsters a cuenta de los videojuegos. Y es que ya lo decía Frédéric Martel en su interesante Cultura mainstream: la guerra por los contenidos en las industrias culturales, es de los asuntos que más están definiendo al mundo en la actualidad.




Y como empezar un nuevo año sin formular ningún propósito, es ir en contra de la tradición: este año propusimos a nuestros seguidores desterrar cualquier forma de culpabilidad. No, no, no estamos incitando a una irresponsabilidad que incurra en lo delictivo, nos referíamos a que no sentirse nunca culpable por cualquier gusto cultural que tengamos.

No a los Placeres culpables, todo placer cultural en una biblioteca es inocente hasta que se demuestre lo contrario; así que el único delito es no encontrar algo que te guste, con la cantidad de oferta que tenemos.


Viejoven

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Las musas del blog Advanced style, nuestras modelos ideales en la Pasarela BRMU

Desde los años 50 del pasado siglo en que la denominada cultura juvenil irrumpió en la cultura de masas occidental; la glorificación de lo juvenil, de lo jovial, y de lo anti-senior, ha llegado a convertirse casi en una dictadura. Hasta tiene nombre propio en inglés: ageism, algo así como discriminación por edad. En las generaciones precedentes, y en la civilización tal y como se entendía antes del siglo XX: el respeto a los mayores era una de las columnas sobre las que se basaba el orden social. La experiencia era un grado; pero fue surgir el rock and roll y el culto a lo juvenil, y algo tan natural como cumplir años se convirtió en un problema.

Todo esto viene a cuento de una reciente polémica que ha surgido por la política de la cadena de radio inglesa BBC 1 de no emitir música de artistas que superen los 35, por considerar que no interesan al público joven. Que sea la edad de los músicos la que decida lo que se emite o no, y no la calidad o potencial comercial de la misma, no deja de resultar un criterio de lo más peregrino.

¿Alguien se imagina que los menores de 25 no leyeran libros escritos por mayores de 40, ni vieran películas dirigidas por cineastas que superen dicho límite de edad?


¿Hay edad para disfrutar de la música?


La esperanza de vida se alarga, y el mantra de que los 40 son los nuevos 30, y los 50 los nuevos 40, etc…, se repite; pero la discriminación por edad, y la glorificación de la juventud no cesa. Pero sin referentes no somos nada, y nada suena más triste que no tener más perspectiva que la que nos puedan ofrecer nuestros coetáneos; excluyendo la visión de los que nos antecedieron, o la de los que nos suceden. Y ahí es donde las bibliotecas tenemos mucho que decir.

La labor pedagógica de las bibliotecas puede verse más fortalecida que nunca en estos tiempos, en que es
muy difícil que los medios de masas de los que se nutren principalmente los jóvenes para su entretenimiento, tengan en cuenta no ya la música o el cine clásicos, sino incluso la música rock y pop de los 60, 70, 80..., o el cine anterior al 2000. Con la literatura no se da tanto, entre otras cosas porque se les obliga a leer ciertos clásicos (una medida que en muchas ocasiones consigue el efecto rebote); pero con la música y el cine, grandes olvidadas en los planes de estudios: las bibliotecas sí que podemos estar al quite, para evitar esa desmemoria de los más jóvenes.

Y como siempre, hay una noticia apropiada para cada caso, en esta ocasión cerraremos con la historia de Barbara Beskind, una nonagenaria que después de soñar toda su vida con ser inventora, ha visto sus sueños hechos realidad trabajando para una empresa de Silicon Valley.

IDEO es una de las muchas empresas de la meca de los avances tecnológicos que están definiendo nuestro mundo, y que entre otras cosas, diseñó uno de los primeros ratones para Apple. Barbara tuvo que resumir su largo currículum antes de enviarlo, pero una vez contratada, está implicada en el diseño de prototipos de artilugios que faciliten los problemas físicos que acarrea la edad.

Como bien aconseja la inquieta Barbara: "todo el mundo tiene recursos sin explotar.Sólo tienes queencontrarlos.Pueden estar enla música,pueden estar enel cuidado de niños, pueden estar en ser voluntario enel hospital o enla biblioteca.Creo que conelenvejecimiento, a menudose pierde tuidentidad, y creo queesto es lo queIDEOme daa mí,la oportunidad de explorarmiidentidad".

Sé un hombre, y lee

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Está claro que a la vista de los resultados del último informe de la OCDE , según el cual, las diferencias por sexo en el ámbito educativo arrojan un saldo claramente positivo para el bando femenino; se están haciendo necesarios correctivos disciplinarios tan expeditivos como las que adoptaba el vocinglero sargento de hierro, interpretado por Clint Eastwood en la película homónima.

Resumiendo las conclusiones de dicho informe, las chicas destacan en más ámbitos educativos que los chicos (aunque flaqueen en las matemáticas, y en seguridad en sí mismas), y la razón que se da para explicar el retraso en muchos sentidos del sexo masculino se achaca a su falta de interés por la lectura. Los varones jóvenes no leen, así de simple: y sin destrezas lectoras, difícilmente van a progresar en la compresión de los textos, y por tanto, en el aprendizaje.

¿Hay alguna correlación entre la testosterona y la falta de interés por la lectura? Tal vez habría que
preguntarle a la filósofa contra-sexual Beatriz Preciado. Dentro de sus experimentaciones filosóficas, Preciado se autoadministró testosterona en gel, la cual le producía más energía, y sobre todo más deseo sexual, pero no consta en sus declaraciones al respecto, que tuviera ninguna contraindicación con la lectura.

¿Será que pese a los esfuerzos, los roles sexistas se siguen perpetuando de manera tan empobrecedora como siempre?, ¿qué después de la liberación sexual de los 60, la sana ambigüedad que aportó el rock en los 70, o la posmodernidad asexuada de los 80, el concepto de virilidad sigue remitiendo a las cavernas entre las nuevas generaciones? Buen debate al hilo de la Pasarela BRMU/Las culpaSS que este mes está haciendo que la Biblioteca Regional esté volcada en aportar su granito de arena a la lucha contra la desigualdad.


Resulta cuando menos paradójico, cuando las bibliotecas en siglos pasados eran exclusivas para hombres, y la lectura y la formación estaba mal vista para las mujeres hasta el siglo XVI. Aunque afortunadamente siempre hubo féminas que se saltaron las prohibiciones y lucharon por su intelecto; como Antonia Gutiérrez Bueno, que consiguió en 1837 que las mujeres pudieran ser aceptadas como investigadoras y usuarias de la Biblioteca Nacional.

El delicioso libro Las mujeres, que leen, son peligrosas (incluido por supuesto en la selección de Las culpaSS) recoge algunas de las pinturas más célebres de mujeres entregadas al conquistado placer de la lectura. Una invitación a la lectura a través de la imagen, que en Instagram conoce una equivalencia contemporánea en masculino en formato fotográfico.

La cuenta Hot dudes reading de la red social, lleva poco más de un mes funcionando, pero ya acumula hasta más de 400.000 seguidores. En ella se van colgando fotografías de hot dudes (se podría traducir como tíos calientes) anónimos, leyendo en espacios públicos. Como era de esperar los comentarios, mayoritariamente femeninos, que acompañan a cada foto no tienen desperdicio; y aunque algunos alaben el buen gusto intelectual del maromo retratado, la mayoría de comentarios apuntan a otros intereses más allá de la lectura.



Tal vez sea la estrategia a seguir, la argucia definitiva para hacer que la lectura se convierta en algo atractivo para los jóvenes varones. Ni cejas depiladas a lo Ronaldo, ni sesiones maratonianas en la sala de pesas, ni piercings, tatuajes o crestas engominadas: lo verdaderamente sexy para atraer al sexo opuesto (o al propio, según se prefiera), es algo tan simple como un libro entre las manos.

Ni un sargento de hierro, ni un hombre blandegue: si quieres ser todo un hombre, lee.



Ciencia-fricción bibliotecaria

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Predator versus Alien jugando al ajedrez en la biblioteca


Ante ciertas noticias uno siempre se debate entre la hilaridad o la perplejidad. No es que vayamos a dudar de la seriedad como medio del rotativo británico The independent  (pese a que no poner en cuarentena las noticias que nos llegan en la era Internet, resulte toda una temeridad) no es un medio que esté considerado ni muchísimo menos, al nivel sensacionalista de, por ejemplo, los medios del "mafioso" James Murdoch. Pero la encuesta que acaba de publicar sobre cuáles son los trabajos más deseados por los británicos, nos suena un poco a ciencia-ficción, por no decir que a ciencia-fricción, por lo antagónica que resulta al contrastarla con la realidad.

El medio en cuestión se hace eco de una encuesta (¿qué sería de los medios y de este blog sin los tan socorridos estudios/encuestas/informes?) de la empresa de investigación de mercados Yougov. Según dicha encuesta llevada a cabo por dicha empresa entre más de 14.000 británicos, los trabajos más deseados por los siempre desconcertantes British son en este orden: escritor, bibliotecario y académico.

WTF?? que dirían los angloparlantes malhablados. Resulta que en el país que ha visto desaparecer muchas de sus bibliotecas durante los últimos años de crisis, que ha convertido a los voluntarios en los voluntariosos, valga la redundancia, sustitutos de los profesionales bibliotecarios (haciendo felices a los políticos que así se ahorran los sueldos de personal cualificado), y que ha dejado tocado de muerte al antaño magnífico sistema bibliotecario británico: ¿sus ciudadanos sueñan con ser bibliotecarios?

Encuentros accidentados en la tercera fase con la biblioteca

No sabemos muy bien qué detalle no alcanzamos a captar que dé algún sentido a esta noticia (y mira que en este blog cual agentes de Expediente X, rizamos el rizo cuando se trata de inventarnos explicaciones rocambolescas), pero en este caso no llegamos a explicación alguna. La razón que da el mencionado periódico para justificar estas aspiraciones laborales de los británicos, remite al aura de prestigio que da una carrera dedicada a la escritura, o la cultura en general. Pero como creerse algo es muchas veces simple cuestión de voluntad, en este caso nos lo queremos creer, porque nos parece de lo más esperanzador.


Tropa imperial culturizándose


Por contraste, en Francia, el país en el que se miraban durante décadas los españoles con aspiraciones de construir un país verdaderamente culto: el escritor Patricio Pron, en el semanario de El País de este domingo, nos inquieta hablándonos de los "biblioclastas". Según la noticia que recoge Pron en su columna Los destructores de libros, en las revueltas callejeras que se han dado durante los últimos años en suburbios de diversas ciudades francesas, se llegaron a quemar 72 bibliotecas públicas. La explicación que un joven magrebí daba a tal encono no puede resultar más desalentadora:

"Las bibliotecas están allí para adormecernos, para que nos quedemos tranquilos leyendo cuentos de hadas. No necesitamos libros, necesitamos trabajo"

¿Qué pasaría por su cabeza para asociar la cultura con la alienación?, ¿qué tiene que ver el tocino con la velocidad? Resulta llamativo que el joven vándalo no culpe a Internet, ni a la televisión por su efecto adormidera; sin duda las bibliotecas le resultaban más tangibles y cercanas para ser víctimas de sus ansias de destrucción.

El artista urbano Bansky en su nueva acción en la franja de Gaza ha dejado la imagen perfecta para servir de metáfora del momento que estamos viviendo. Un gatito sobre los escombros de Gaza, un lindo gatito como los que proliferan por las redes sociales, y cada vez ocupan más espacio en los hipotéticamente serios informativos, compartiendo titulares casi sin solución de continuidad con la última masacre, o el último bombardeo. Vivimos en un mundo loco, loco, loco que decía aquella película de los 60, pero nosotros en la BRMU, pese a todo, tenemos motivos para conservar la esperanza.

Es difícil saber cuáles serán sus pasos profesionales finalmente, pero de momento el equipo de alumnos en prácticas que han elegido este año a la Biblioteca Regional como destino, no han podido más que elevarnos la moral, y reafirmarnos en que las bibliotecas con gente así tendrían mucho futuro. Lucía, Paula, Chiqui, Vanessa y Julio han puesto ganas, entusiasmo y profesionalidad. Si realmente, como sostiene la encuesta, los británicos ven con tan buenos ojos la profesión bibliotecaria, con nuestro equipo de alumnos no resultaría tan descabellado que algo así llegase a pasar también en nuestro país.

Sólo falta Julio en la foto para completar a un equipo con el que
cualquier biblioteca tendría futuro

Pequeñas dosis de realidad

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Ava y Stewart evadiéndose de la realidad

Los hermanos Wachowski nos explicitaron con claridad que la realidad que percibimos está basada en mentiras en su obra magna Matrix (la primera parte, después lo pretencioso se les fue de las manos haciendo indigestas las siguientes) ; la estupenda El show de Truman, nos dejó claro que no hay que fiarse de lo que suponemos real, porque igual todos están confabulados para engañarnos. Y saltándonos décadas de cine, en la película de 1956, Cruce de destinos, el irreal bellezón de Ava Gardner sostenía un diálogo con su enamorado Stewart Granger, que era toda una oda al escapismo y un corte de mangas a la realidad:

“Los únicos que aceptan la realidad, son los que no tienen el valor suficiente para escapar cuando la ven llegar”

Truman, una vez descubierto el engaño:  dispuesto a subir las escaleras,
 abandonar su mundo, y enfrentarse a la realidad

J.M. de Prada también recurre a Matrix
para denunciar las realidades que a él
no le gustan en su último libro
¿Tan fea es la realidad que nos rodea?, ¿tan aburrida la observación reflexiva de nuestro entorno?, pues bien a tenor de las últimas soluciones adoptadas para evitar accidentes en las ciudades parece que sí. El ayuntamiento de Murcia ya ha instalado casi 300 señalizaciones en las callesavisando a los peatones de que no usen el móvil o los cascos para música, en un intento de evitar atropellos.

Y es que ya no son pocos, son legión, los que no sólo caminan absortos en sus móviles cuando se paran en un semáforo, sino que caminan mientras whatsappean, juegan al Candy crush, o chatean. Si no bastaba con los obstáculos que uno se va encontrando por la ciudad, ahora además se añade el esquivar a los zombis del móvil. La vida cada vez más parecida a un videojuego.

Una declaración de ¿amor o de enfado? en tiempos de smartphones:
"Siempre que estés dispuesto a levantar tu mirada del móvil, estoy aquí para ti"

El Ayuntamiento también dentro de esta campaña de concienciación ciudadana, incluye una performance con el nombre de Susto o muerte, en la que un actor disfrazado de muerte asustará a los peatones que vayan distraídos con su móvil o cascos. Esperemos que el esfuerzo municipal dé sus frutos; pero luego no nos quejemos de que el papá Estado nos tome por niños a los que hay que tutelar, y nos regule hasta en lo más nimio.




Antes de que todo lo tecnológico invadiera nuestras vidas, nuestros mayores se evadían de manera mucho más dosificada. Lo habitual era recurrir al cine los fines de semana, a o a la radio; la televisión ya fue un primer paso para este enganche continuo a la evasión que estamos viviendo ahora. Pero, ¿y los libros?

Los libros siempre han estado ahí (bueno al menos desde hace más siglos que todos los inventos posteriores), para evadirnos de la realidad y anclarnos a ella por igual; y pese a todas las campañas que se quieran organizar, siguen siendo la mejor manera de construir esa conciencia cívica que haría innecesaria ninguna performance para enseñarnos algo que hasta un niño sabe: si no llevas cuidado corres el riesgo de sufrir un accidente.




En la biblioteca de Chicago lo tienen claro, y por eso con su campaña Take 20, Read Plenty, persiguen fomentar la conciencia cívica en los niños mediante la lectura; incidiendo en la importancia de que se les lea a los niños al menos 20 minutos todos los días. Y a tenor del último baremo de hábitos de lectura, un porcentaje de la población española debería tener adiestrada esa conciencia cívica, aunque en demasiadas ocasiones cotidianas nadie lo diría (por otra parte, también es cierto que dicho baremo nos dice cuántos leen, pero no lo que leen).

Pero centrándonos en los datos puros y duros, los murcianos quedamos muy mal parados. El barómetro señala que uno de los índices más altos de lectores habituales se da en el levante,…hasta que se llega a Murcia. Algo que contrastado con nuestras estadísticas de préstamo de libros se contradice totalmente, pero es obvio, que nuestra visión está sesgada: nosotros trabajamos rodeados de esos murcianos que sí leen, aman la cultura y gustan de las bibliotecas. Y no, nuestro mundo bibliotecario no tiene nada de irreal, sólo hay que venir un sábado por la mañana para constatarlo.


Todo el levante de azul marino, hasta que llega a Murcia y se vuelve gris


Las campañas para promover la conciencia cívica están muy bien, pero a la luz de estos datos, también estaría muy bien reforzar el sistema de bibliotecas públicas para que esa conciencia naciera de la cultura; y dotar de medios a las bibliotecas para que puedan ir a más en su fomento. E igual de ese modo, no haría falta recordar a ciudadanos adultos, cuestiones básicas de convivencia que deberían ser de lo más obvio.

Y para terminar, nada mejor que rescatar un clásico de los 90. La sinfonía agridulce de The Verve, tuvo un vídeo que pareciera hecho para servir de guía en un curso de urbanidad vial. Tal vez sea una percepción viejuna ( pero, ¿qué quieren, si las bibliotecas somos viejóvenes, y hasta tenemos un manual de urbanidad bibliotecaria), pero no sólo en el uso de móviles o el abuso de bicicletas por las aceras, se percibe ese enseñoramiento egoísta con el que algunos habitan el espacio urbano: hay mil detalles más que Richard Ashcroft (¿qué habrá sido de él?) encarna a la perfección en su paseo avasallador.






¿Por qué lo llaman biblioteca cuando quieren decir sexo?

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Vamos a ahorrarnos cualquier referencia a la trilogía erótica que ha arrasado en papel, y ahora en cine. Pero indudablemente, la sombra alargada de su éxito editorial-cinematográfico planea sobre este post.

En un artículo de Babelia sobre el resurgir del género erótico a raíz de dicho fenómeno, se recogen unas reflexiones de la Historia del erotismo de George Bataille, que vienen muy al caso. Según el antropólogo francés, cuando el sexo, el erotismo, se hace público, se torna más vulnerable, y más fácil de someter por parte del Estado y del capital.

Las intromisiones del Estado en cuestiones de cama, al menos en el ámbito occidental, están bastante contenidas si lo miramos desde la perspectiva de otras épocas. Pero en el asunto del capital, sin lugar a dudas, Bataille tenía toda la razón.

La portada española del ensayo de Zubiaurre
Si hasta para vender agua mineral embotellada, los anuncios recurren al sexo: está claro que a nuestra libido quieren mercantilizarla y empaquetarla para el consumo masivo.

Entre las cuestiones extra-literarias que en el futuro puede que se le agradezcan a la sombreada trilogía (todo en este fenómeno es extra-literario), será el desparpajo y la desinhibición con que usuarias de nuestras bibliotecas han solicitado, reservado, recomendado y pedido un libro erótico. Sin atisbo de esa incomodidad con la que algunos varones retiran en préstamo, por ejemplo, cómics de Milo Manara.

La edición americana del ensayo de Zubiaurre,
con una portada más recatada que la española
Bienvenida sea en ese caso, esa apropiación del erotismo por un sector femenino de manera mayoritaria; y que para ello hayan utilizando las bibliotecas, aún lo hace más positivo. Siguiendo los planteamientos de la profesora española de literatura en la Universidad de California, Maite Zubiaurre en su interesantísimo libro: Culturas del erotismo en España 1898-1939 (próximamente en nuestra biblioteca), en España unimos mucho el humor con el sexo por pura vergüenza, por haber sido históricamente incapaces de asumirlo con naturalidad. Lo que no deja de ser una rémora de tantos años de dictadura.

Pero el erotismo, lo sicalíptico como se dio en llamar (el origen etimológico de la palabra, no tiene desperdicio), existió en España desde mucho antes de los tiempos del célebre destape.

Y aquí permitan un inciso, porque si hablamos de la época del destape y las bibliotecas, no podemos dejar de mencionar un reciente descubrimiento gracias al maravilloso archivo audiovisual de TVE. Gracias al programa Ochéntame otra vez, nos enteramos de que Susana Estrada, la más cañera de las musas del destape de los 70, empezó como bibliotecaria. Para conocer este hito en el gremio bibliotecario nacional, nada mejor que el relato que el periodista Carlos García Santa Cecilia hace en su blog.




Pero volviendo a esa relación "incómoda" con el sexo que ha existido en España según el estudio de la profesora Zubiaurre; aparte del desacomplejado interés femenino por la famosa trilogía, el hecho de que se publiquen libros como la guía que la realizadora de cine erótico Erika Lust, escribió bajo el título de Porno para mujeres (incluido en la selección de nuestra Pasarela BRMU/Las culpaSS), dan pie a pensar que las cosas definitivamente han cambiado.



Ilustración erótica de principios del
siglo XX

Según Zubiaurre, nuestro país no ha tenido la desenvoltura de, por ejemplo, Francia o Inglaterra con respecto al erotismo. No hay una sección dedicada al erotismo en nuestra Biblioteca Nacional, como sí la hay en la Biblioteca Nacional Francesa, su famoso L'enfer (El infierno), o en la British Library, con su Private case (Baúl privado).

La filósofa Beatriz Preciado narraba una anécdota divertida de cuando tuvo que visitar L'enfer de la biblioteca gala durante su trabajo de documentación para su ensayo sobre la revista Playboy. El encargado del "infierno" francés quedó sorprendido cuando constató que efectivamente, los números de la década de los 60 de la revista erótica masculina por excelencia, contenían más artículos sobre arquitectura, literatura, moda, o política, que propiamente sobre sexo.

Ilustración incluida en Culturas del erotismo en España
En cuanto a la British Library, pese a esa mayor naturalidad  con que, según la profesora Zubiaurre, se aborda el sexo en otros países: lo cierto es que ha sido durante los últimos años, cuando parte del material que se conserva (con acceso restringido) en su Private case, se está distribuyendo por otras secciones de la biblioteca de acceso libre.




Ilustración incluida en Culturas del erotismo
en España
Lo que está claro es que el erotismo ha tenido un largo recorrido en las bibliotecas, y ha provocado no pocos quebraderos de cabeza en algunos casos a sus responsables. La última moda en Internet cambia por completo la relación entre erotismo y bibliotecas. Se trata de la afición por filmar vídeos eróticos clandestinos en las salas de lectura, y colgarlos en la red.

Ya son varias las estudiantes que han saltado a los medios por estos vídeos, pero la primera fue la estudiante de la Universidad de Oregon, Kendra Sunderland, que se enfrenta a una pena de cárcel y a una multa por montar su propia webcam erótica en la biblioteca. Una multa que podrá pagar tranquilamente, gracias a que ha sido contactada por Playboy para que pose en sus páginas. No hace falta mucha imaginación para imaginar cuál será la ambientación que la revista montará para la sesión de fotos.

Hysteria, una simpática comedia sobre
la invención del consolador, incluida

en la selección PasarelaBRMU/Las culpaSS
En la BRMU, al menos que nos conste, no se ha dado ningún caso de este tipo. Pero, ¿quién sabe? a más de uno, no le importunaría lo más mínimo. No por nada en Murcia se inauguró hace unos meses la Eroteca de Eva, un comercio especializado que huye del modelo sex-shop, y que demuestra una vez más que el sufijo -teca, sirve para aportar un plus de seriedad a cualquier asunto. Igual un día deberíamos organizar algo en la biblioteca en colaboración con ellos. Como dijimos en otro post: el sexo es puro instinto y el erotismo lo transforma en cultura.

Groucho Marx entre las muchas cosas inteligentes que dijo, formuló la pregunta que parafraseamos en el título del post: ¿Por qué lo llaman amor cuando quieren decir sexo? El secreto del éxito de la sombreada trilogía, aparte de por el marketing feroz, tiene mucho que ver con que no se trate más que una novela romántica convencional, aderezada con parafernalia propia de cualquier tapersex. 0% transgresión. Para muchos su éxito no viene a ser más que una demostración del chiste rancio que se preguntaba: ¿por qué las mujeres ven las películas porno hasta el final?, y respondía: por si al final terminan en boda.

El erotismo de bicicleta, un clásico del género
sicalíptico de principios del siglo XX en España
Y este post va a ser fiel a dicho chiste. Empezamos hablando de sexo y bibliotecas, y terminamos en boda. La de Dee y Simon para los que biblioteca, es sinónimo de amor.

Si alguien ha enarcado la ceja ante la propuesta de montar algo conjuntamente con la Eroteca, sólo les hace falta saber que en bibliotecas como la de la ciudad australiana de Mount Gambier, es una actividad habitual organizar citas entre solteros. Las denominadas citas rápidas o los encuentros de singles, que en Murcia suelen llevarse a cabo en cafeterías o en excursiones organizadas: en la ciudad australiana, los organizan en la biblioteca.

Y allí fue donde se conocieron Dee y Simon, usuarios de la biblioteca, que además de cultura encontraron a su media naranja. Las citas rápidas, por si alguien no lo sabe, consisten en conversaciones cronometradas entre solteros. Parten de la idea de que si en cinco minutos no has sentido ningún tipo de conexión con la persona que tienes delante, no merece la pena insistir.

Dee y Simon sintieron esa conexión de manera inmediata, pero se les olvidó tomarse los datos. Más tarde, tuvieron que recurrir al personal de la biblioteca para volver a verse. Bibliotecarios casamenteros, otra vía de futuro para nuestra profesión. El caso es que el día de su boda, los dos enamorados no pudieron más que incluir en su tour fotográfico a la biblioteca: el lugar en el que todo empezó.


Dee y Simon en el lugar en que saltó la chispa

No sabemos si algo así triunfaría en nuestra biblioteca. Tal vez un Club Social BRMU, no tanto orientado a buscar pareja (eso ya que surja si tiene que surgir) si no ha establecer grupos de amigos a través de la cultura. Todo será cuestión de meditarlo. De momento nos vamos con una muestra de esa capacidad que tiene el arte para transformar el puro instinto en cultura.

Si nuestro genial Quevedo abordó escatológicamente semejante parte del cuerpo; los artistas Mrzyk y Moriceau, consiguen que todo sea elegancia en un vídeo dedicado a la parte de la anatomía femenina que más celebra el músico Sébastien Tellier. Su tema Look combinado con las imágenes, resulta el cierre más sensual que podíamos imaginar a este breve repaso sobre las relaciones entre erotismo y bibliotecas.





Deprisa, deprisa...

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La España cañí persistiendo en Blade Runner

 Esta semana se ha reestrenado el clásico de los 80, Blade runner, en los cines. Además de una estupenda ocasión para volver a ver (o los más afortunados, para descubrir) este título básico que tanta influencia ha tenido en la ciencia ficción posterior; sirve para comprobar qué idea se tenía de nuestro presente (la acción se sitúa en el 2019) hace poco más de 30 años.

Puro género negro en una de ciencia ficción
La cinta sigue resultando igual de fascinante y visionaria que en su tiempo, pero resulta divertido observar que en el futuro que imaginaron, no existen los móviles (Harrison Ford recurre a un teléfono público para llamar a Rachael, la inolvidable replicante interpretada por Sean Young), y las leyes anti-tabaco brillan por su ausencia. Pero tal vez lo más llamativo sea notar el ritmo de la película. Rodada en este 2015, esta misma historia tendría un ritmo acelerado, con mucho más ruido y furia, sin esa morosidad que permite que nos cale tanto como la omnipresente lluvia que tiñe toda la historia con ese ambiente apocalíptico y melancólicamente bello.

Para estos tiempos acelerados, sería más apropiado lo que rezaba el título de otra película de los 80, Deprisa, deprisa de Carlos Saura; pero como nos resistimos a que nos marquen el ritmo de manera tan agobiante, nos encanta topar con voces que resultan todo un oasis de reflexión en el que dan ganas de quedarse a vivir, o al menos a descansar un tiempo.

El filósofo italiano Roberto Casati daba voz precisa a lo que muchos pensamos, a cuenta de la publicación de su último libro: Elogio del papel : contra el colonialismo digital (de inminente llegada a nuestras colecciones). Casati celebra el potencial de las nuevas tecnologías, y al tiempo nos advierte de los riesgos inherentes a su uso. Todos sabemos que al utilizar redes sociales, smartphones o tablets, estamos proporcionando datos personales a terceros; pero algunas de las últimas noticias al respecto, consiguen que se nos erice el vello.

Según saltaba a los medios, las Smart TV de la marca Samsung advierten en sus instrucciones de uso, que pueden grabar las conversaciones que mantengamos en nuestro salón, y transmitirlas a terceros. Escalofriante es poco, pero siempre hay algo que lo supera.

La fotógrafa Mariel Clayton ya dejó claro con su obra sobre el mundo
de Barbie, que la rubia no es de fiar 


Si los muñecos de por sí ya son turbadores, que tengan la capacidad de espiar a tus hijos los eleva a protagonistas de una película de terror. Y es que por mucho que Chucky, Anabelle, o la novia del primero, hayan llegado hasta a provocar disturbios públicos en los cines; ningún muñeco puede resulta tan inquietante como la longeva Barbie, y ahora no solo para el incauto de Ken.




El último modelo de la rubicunda muñeca graba las conversaciones de los niños que jueguen con ella, para enviarlas a la central de Matell, con el objetivo de ir conociendo sus gustos y fantasías; y así permitir que la muñeca enriquezca sus conversaciones con ellos. Ni hacer caca, ni pipí, ni pompitas, ni darte besos, ahora los juguetes directamente te espían desde la más tierna infancia, para que una multinacional pueda sacar provecho de tu intimidad. El mundo entero en la casa de Gran Hermano.

Por retomar lo de títulos de películas, ante este panorama nos viene a la cabeza aquella astracanada de Espía como puedas, algo que las nuevas tecnologías parecen haber convertido en su lema. Pero que nadie se confunda, no queremos pecar de tecnófobos, si hay una institución que no tendría que defenderse jamás de tal acusación, esa sería la biblioteca; siempre alerta de aquellos avances que puedan ayudar en nuestra labor de difusión de la cultura. Pero precisamente por eso, porque difundimos cultura y reflexión, no perdemos de vista el análisis del tiempo en que vivimos.



Las palabras del filósofo de moda (resulta toda una frivolidad decir que un filósofo esté de moda, pero por otro lado resulta de lo más esperanzador que un filósofo pueda estar de moda) Byung-Chul Han en su ensayo La sociedad de la transparencia, sirven de coda a este post que utiliza la tecnología para alertar de los riesgos de la tecnología

"Google y las redes sociales se presentan como espacios de libertad, se han convertido en un gran panóptico [...] La vigilancia no se realiza como ataque a la libertad. Más bien, cada uno se entrega voluntariamente, desnudándose y exponiéndose, a la mirada panóptica. El morador del panóptico digital es víctima y actor a la vez."

Y si abrimos con Blade runner, nada mejor que cerrar con el tema Everyday robots de Damon Albarn. Un tema lento, nada de reprise, cuyos versos lo dicen todo:
“Todos los días somos robots bajo control
En el proceso de ser almas
Conduciendo en coches contiguos
Hasta que pulsamos ‘reiniciar’

Arcadas literarias y musicales

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Nick Cave

La inspiración cuando llega no respeta ni lugares, ni situaciones; y ante la urgencia por atrapar la idea, cualquier superficie es válida. Algo parecido debe ser la explicación por la que el músico Nick Cave, escribió todo su último libro en bolsas de vomitar de las que llevan los aviones. Eso, o que su musa es tan violenta que sólo le provoca la inspiración a base de arcadas.

El caso es que durante su gira por los Estados Unidos del pasado año, Cave fue escribiendo su libro de poesías, canciones y reflexiones varias, The Sick Bag Song (La canción de la bolsa del mareo) en las bolsas para vómitos de los aviones en los que viajaba. Un libro que será editado en dos versiones, una de ellas con carácter limitado que incluirá una bolsa de vomitar customizada por el propio Cave. En la nota de prensa no se especifica en qué consistirá dicha customización (nos ahorramos suposiciones desagradables al respecto).

Ahora precisamente que escritores, como Vargas Llosa por ejemplo, insisten a raíz de la irrupción del libro electrónico, en que lo que se escribe está condicionado por el soporte en que se escribe: será cuestión de comprobar si la literatura de Cave ha quedado influida por el soporte original en que se escribió. Y en breve, vamos a poder constatar en nuestra biblioteca, esa relación entre continente y contenido a raiz de la selección de autores de la llamada Alt Lit que se incluirán en nuestra próxima PasarelaBRMU/Constanza Mas. 

Alt Lit is dead (Alt Lit está muerta): casi no ha nacido y ya le levantan
el acta de defunción


Alt Lit, que tanto puede interpretarse como la abreviatura de Alternative Literature o como una referencia a la tecla Alt del teclado: es un movimiento literario cuyo hábitat natural son las redes sociales, los chats y cualquier otra forma de comunicación digital. Una corriente literaria surgida en los Estados Unidos, que ya tiene representantes entre los jóvenes españoles que escriben (sí, pese a lo que pueda parecer por el discurso de los medios, aún hay jóvenes que escriben y aman la literatura).

Tao Lin, Jordan Castro, Noah Cicero o Lily Dawn son algunos de los nombres claves en esta oleada de autores post-11 de septiembre, que se refugian en la más inmediata de las cotidianeidades para intentar transmitir sus sentimientos, anhelos, frustraciones y pensamientos de la manera más sincera, directa y cruda de la que son capaces. Lo paradójico, y que viene a cuento de ese Elogio del papel de Caseti que citábamos en el post anterior; es que esta literatura nacida por y para Internet, está conociendo su traslado al papel impreso. Y gracias a eso podemos incluirla en la selección de la inminente PasarelaBRMU/Constanza Mas.


La Alt Lit, denostada por unos por ser narcisista y aburrida, y amada por otros, promete como poco ser un fenómeno a seguir que en España ya cuenta con representantes como Óscar García Sierra oLuna Miguel que en el post de su blog: Soy feliz si me lames la cara: tres aproximaciones a la Alt Lit en español, nos da muchas pistas de cómo está el panorama actual de este movimiento.

Seguiremos informando al respecto, de momento cerramos con una de las obras que estarán en esa PasarelaBRMU/Constanza Mas, y con música.

El libro en cuestión, Volverán las naranjas, es de la debutante Xisela López, directora creativa de una agencia de publicidad que nos narra una historia de amor a base de mensajes SMS, todo un ejemplo de esta literatura nativa digital que en cambio, en un gesto de lo más anacrónico, sigue soñando con el papel. Si Philip K. Dick se preguntaba en el relato en que se basó Blade runner, si los androides soñaban con ovejas ecléctricas, ahora al hilo de la Alt Lit y su paso al papel la pregunta sería:

¿sueñan los nativos digitales con libros de papel?

Y la música no podía ser de otra que la de Nick Cave, que nos ha dado pie a este post sobre arcadas creativas varias.


Viendo la vida de otro color

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Picasso en sus años de madurez, expresó cual era su máxima aspiración en la pintura:

"Desde niño pintaba como Rafael, pero me llevó toda una vida aprender a dibujar como un niño"

El genio malagueño lo decía respecto de la pintura, pero en general, lo más difícil en la edad adulta es recuperar algo de la limpieza en la mirada que tienen los niños. En otra disciplina también basada en la imagen como es el cine, Steven Spielberg siempre ha estado invocando a través de sus películas a ese niño que, en una de esas frases que se debería prohibir por ley volver a repetir: se supone que todos llevamos dentro. Pero la idea de Picasso nos gusta más, porque nos pone a salvo de aquellos que confunden las cosas y se comportan como niños siendo adultos; simplemente es una llamada a la simplicidad, y en este mundo actual tan, tan complejo, hacer algo simple y sencillo va a resultar dentro de poco lo más difícil de conseguir.


Tal vez ahí radica el éxito editorial más sorprendente de los últimos tiempos, el de la ilustradora Johanna Basford y sus libros para colorear dirigidos a adultos. Su libro Secret Garden ocupa las primeras posiciones en el ranking de los más vendidos en Reino Unido y Francia, un libro con dibujos de la naturaleza y  formas abstractas que está conociendo una gran acogida entre ejecutivos estresados, que encuentran lo de colorear de lo más relajante y agradable.




Y si en el post Arcadas literarias, relatábamos como Nick Cave ha escrito su último libro en las bolsas para vómitos de los aviones; el pintor norteamericano Mike Stilkey ha encontrado en los libros desahuciados un material estupendo para plasmar sus dibujos que nos remiten (no sabemos si de forma intencionada) al universo de Tim Burton.

Desterrada (afortunadamente) la moda de los libros huecos para decoración, preferimos puestos a decorar con libros, la obra de este artista que les da una segunda vida, conservándolos como soporte de un mundo de fantasía y evasión.







Y nada mejor para cerrar, que recordar el genial spot publicitario que Sony llevó a cabo para uno de sus modelos de televisor. Rodado en una barriada de Glasgow, la combinación de música y colores hace que sea la mejor terapia posible para elevarnos el ánimo y así ver la vida, no de otro color, sino de todos los colores posibles.




Centrifugando el 2015 [febrero]

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[Haz clic en las letras verdes, y centrifuga tu cerebro] 


El mes de febrero en este blog, ha tenido una naturaleza de lo más bipolar. O no. Lo bueno de estos centrifugados (y esto lo firmamos ante notario si es necesario) es que empezamos repasando lo que ha dado de sí el mes precedente: sin guión, ni rumbo alguno, de manera totalmente intuitiva. El relato que hacemos se construye a golpe de teclado, y al final, igual nos llevamos la sorpresa de que todo el batiburrillo resultante ha sido de lo más coherente. ¿Quién sabe?, vamos a verlo.




Los dos polos que en un primer vistazo nos saltan a la vista, han ido desde la celebración del amor (música de violines, por favor) a cuenta del ineludible San Valentín, para luego dar un bandazo a mitad de mes y terminar punkis y rabiosamente reivindicativos. Pero en medio de esos dos extremos (que como todos los extremos terminan conectándose por algún lado, seguro) tuvimos tiempo para algo que nos gusta mucho en este blog el reciclaje de libros dados por perdidos y transformados en objetos de lo más sugerentes.

También tuvimos nuestra andanada encubierta contra la piratería que está boicoteando el desarrollo normal de la industria musical gracias a Internet en Mono ve, mono hace. Puede que sea una batalla perdida por nuestra parte, pero las bibliotecas tienen la obligación de apoyar a las industrias culturales: nos va en ello también nuestro futuro.

Pero salvo en estos dos asuntos, la temática del mes se polarizó de manera marcada. Celebrábamos el amor, sí, pero no a la manera cursi de un gran almacén. Aspirábamos a que nuestros usuarios nos ayudasen a que la primavera llegase antes a la BRMU, que a ningún gran almacén. Y llegó, gracias al concurso de Carta de amor a la biblioteca.



El amor de pareja puede caducar, el amor a tu equipo de fútbol, no debería, pero a veces también pasa: en cambio, el amor a una biblioteca bien surtida no tiene porque extinguirse nunca, y además no te exige exclusividad, ni tan siquiera fidelidad. ¿Hay amor más desinteresado? Por eso nos hacíamos eco del algoritmo del amor, un burbujeante invento de una marca de refresco para convertir todo el odio acumulado de la red de redes en amor. Si lo consiguió o no, sólo se sabrá leyendo el post, pero en este caso más que nunca, lo que valía era la intención.

Y la culminación de toda esta celebración del 14 de febrero, fue la publicación de la carta ganadora del concurso de cartas de amor que convocó la BRMU. La carta de amor de un libro a una usuaria, nos salvó del grave pecado de la cursilería más desbocada, haciendo que las estadísticas de visitas al blog se elevasen cual pico del Himalaya. Y no era para menos por lo deliciosa, sin pizca de merengue, que resultaba.



Y a mitad de mes, fueron cambiando las tornas. Calentábamos motores con una fiesta salvaje, una Rave bibliotecaria o Bibliotecaokupa2,  Para después, más chulos que un ocho, proclamar a los cuatro vientos que:



Y es que estábamos preparándonos para la irrupción en nuestra Pasarela BRMU del duo punk-feminista de Las culpaSS. Una de las propuestas más cañeras, divertidas, y refrescantes del panorama de la moda murciana, que nos ha permitido ofrecer lo mejor de nuestras colecciones en asuntos tales como la igualdad, el feminismo, los roles sexuales, y mil cuestiones más en forma de libros, películas o cómics.  No por casualidad, durante todo el mes en que se celebraba el Día Internacional de la Mujer. 



¿Es posible encontrar ese enlace entre ambos extremos que han polarizado al mes? De la celebración del amor más comercializada a la reivindicación punki feminista. Está clara la conexión, ¿no?

Si queremos seguir celebrando al amor, pero al de verdad, al amor que se elige libremente, sin condicionantes de ningún tipo, y sin intervenciones ajenas a la voluntad de los individuos, sólo cabe un camino: el de la igualdad definitiva entre hombres y mujeres.

Y una vez dicho lo cual, ahora a ver quién se cree que este final feliz no estaba pensado de antemano. Que llamen al notario.


Pasarela BRMU: Constanza Mas

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Lo más dificil en cualquier actividad creativa es aspirar a la simplicidad, y Constanza Mas con su colección Ropa simple para gente compleja, lo ha conseguido. 

Como bien explica en el vídeo de presentación que puede verse al pie de este post: las soluciones simples son fruto de un elaborado proceso intelectual. Por eso nuestra Pasarela BRMU protagonizada por Constanza Mas, nos va servir para reflexionar sobre el momento que estamos viviendo, desde lo más diversos puntos de vista posibles.



Sus diseños sin costuras se avienen al zum que aplicamos a la actualidad, yendo de lo general a lo particular, y viceversa, sin solución de continuidad. 





En un mundo acelerado, saturado y ruidoso, sólo una mirada limpia y sin prejuicios puede aspirar a alguna respuesta. De ahí que la selección de libros, películas y cómics que acompañan sus diseños, actúe como un telescopio de mirador panorámico: que nos aleja el horizonte globalizado de la revolución digital, los fundamentalismos, la política, la crisis...; para luego, guiñando un ojo, acercarnos a vidas cotidianas, a los refugios que nos construimos cada uno para capear este cambio de época.

Desde ensayos o estudios periodísticos que analizan, e intentan aclararnos muchas de las claves del momento; pasando por la huella que la crisis, las nuevas formas de política, las guerras globales o las nuevas tecnologías, están dejando en la literatura, el cine o en el cómic más actual.




Y esa contemporaneidad la mantenemos cuando pasamos del gran angular a los planos de detalle. Es entonces cuando nos fijamos en historias de parejas, de familias, de amigos, de trabajadores, de víctimas, o de verdugos, de resignados, o de rebeldes. Porque todos ellos, sean protagonistas de dramas o de comedias, nos aportan esa otra crónica que, con el tiempo, dibujará la memoria sentimental de este impredecible inicio del siglo XXI.

Observemos el paisaje que nos ofrece esta Pasarela BRMU/Constanza Mas, porque por alto que creamos situarnos, todos formamos parte de él.






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