Según las recomendaciones más extendidas, el número de tazas de café aconsejables al día no debe de superar las cuatro. Pero como también entran en juego la variedad del café, así como el estado de alteración nerviosa del consumidor: vamos a por la segunda (y de momento última) taza de infusiones vigorizantes en su relación con la cultura.
Escritores, músicos, cineastas, pintores, locos por el café, hay y habido muchos; pero tal vez el caso que ha llevado más al extremo esa relación sea el de la escritora canadiense Margaret Atwood. La autora de La mujer comestible, es una enamorada de los pájaros, y por supuesto del café.
"Ignoro por completo a los tés de hierbas, voy directamente a la verdad, al vil café. Nervios en una taza. Me anima a querer saber más"
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La relación de Isak Dinesen con el café iba más allá de consumirlo. En la foto aparece con el personal de su plantación de café en Kenia |
Y tanto es así, que en colaboración con la muy literaria marca de cafés Balzac's, se lanzó al mercado la variedad de café Atwood Blend: una mezcla de granos procedentes de Sudamérica y Centroamérica que combina sabores a caramelo y cacao. Desarrollada en colaboración con la propia Atwood; la comercialización de esta variedad sirve para recaudar fondos para el Observatorio de Aves de la Isla de Pelee en Canadá.
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Las bellos diseños para el café diseñado por Margaret Atwood |

Hasta 50 tazas de café negro dice la leyenda que podía llegar a ingerir en un día, el genio de las letras francesas; no es de extrañar que en 20 años llegase a escribir hasta 85 novelas. El gran novelista del realismo francés del siglo XIX, defendía los beneficios que el café tenía para la creatividad: "el café es un gran poder en mi vida...que ahuyenta el sueño, y nos da la capacidad para ejercitar un poco más nuestros intelectos".

Olsen tras graduarse marchó a París durante un año y medio, durante el que frecuentó los típicos cafés de la capital, y fue allí donde pensó en montar una cadena de cafés bajo el nombre de Balzac.En la actualidad con once establecimientos, la cadena Balzac es una de las más importantes en Canadá; y de las más estimulantes en su concepto y diseños (como los fantásticos pósteres que lucen junto a este texto).
Y del binomio escritores y café pasamos al de los libros y el café. En inglés, a los libros de gran, gran formato, imposibles de leer como no sea en un atril o sobre una mesa, se les conoce como los coffee table books (los libros de la mesa del café).
Desplegar en un rincón de nuestro salón uno de los fastuosos tomos king size de la editorial Taschen, por ejemplo, puede tildarse de exhibicionismo cultureta. Pero sea por mero afán decorativo, o por sincero interés por la obra: para un amante del libro como objeto, el toparse con unos de esos monumentos impresos, es uno de los placeres equiparables al que provoca el aroma del café humeante en los café-adictos.
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Carpeaux, las pin-up, Helmut Newton, Cartier-Bresson, Little Nemo, Caravaggio o el metalizado Sex de Madonna: obras XL para lucir en mesitas de café |
La fotografía, el cine, la arquitectura, la pintura o la escultura suelen ser los principales asuntos que abordan estos mamotretos impresos a todo lujo. En la BRMU no tenemos mesitas de café, pero sí libros que entrarían dentro de la categoría de coffee table books. Nada más subir a la primera planta, como bienvenida a la Comicteca de adultos, luce la fastuosa recopilación de las tiras dominicales de Little Nemo; y todos los días hay más de un visitante absorto junto al atril que lo sostiene.
Sin salir de la sección, sobre otro atril, el tomo dedicado a la historia de la editorial de cómics norteamericana DC, destaca del resto por una curiosidad. Cuando el libro queda abierto por la doble página que ilustra a la edad moderna en los superhéroes (una doble página impresa en material reflectante) a mediodía se refleja un rayo de sol desde el lucernario que hay en el techo, que produce un efecto-llamada de lo más deslumbrante (somos muy dados a las epifanías en nuestra Comicteca).
Y sin salir de la planta, sólo hace falta acercarse a las estanterías de obras de consulta de fotografía, geografía o arte para descubrir auténticas maravillas transportables sólo con grúa o carretilla.
Y siguiendo con cafés y lectura, vamos a atender a una demanda de una seguidora del blog, que se quejaba de que hablásemos de erotismo, y no incluyéramos imágenes de hombres.
En Instagram se pusieron de moda, hace un tiempo, las fotografías de atractivos maromos leyendo en lugares públicos; y curiosamente, dentro de estos grupos dedicados a celebrar la belleza masculina, seguidamente, han proliferado las fotografías de guapos bebiendo café. Es una pena que no hayan pensado en unir ambas actividades, pero en respuesta a la petición de esta usuaria, aquí van unas cuantas instantáneas rescatadas de estos grupos de Instagram, que pueden tener efectos tan estimulantes como los del café.
En la primera taza de café hablábamos del fenómeno de Laxman Rao, de sus novelas y sus tés con leche; en esta segunda taza, para aquellos a los que no siente demasiado bien tanta cafeína, vamos a rebajarla con un poco de leche. De nuevo el grupo Garbage, que nos puso el café en la primera taza, ahora nos añade la leche con otra preciosa balada. Un delicioso café con leche servido por la carismática Shirley Mason para cerrar este duo de posts tan cargados de infusiones excitantes.