Quantcast
Channel: Blog de la Biblioteca Regional de Murcia
Viewing all articles
Browse latest Browse all 482

Postureo bibliotecario

$
0
0
El contorsionista Rubber Ritchie en postura lectora
Nada hay más desconcertante para un comercial de una compañía telefónica, que no te interese el móvil último modelo que te regala por darte de alta en su compañía, ni la tablet, ni el último gadget tecnológico de última generación.

¿Para qué tanto espionaje comercial a través de redes sociales, tarjetas de crédito y cualquier otro rastro que vayamos dejando de nuestros gustos, si luego les sale un consumidor rebelde?

¿Marilyn postureando su interés por Goya?
Se supone que todos debemos tener cuenta en redes sociales, a todos nos debe gustar hacernos selfies, y todos tenemos que elegir entre Mac o PC. La lógica comercial nos necesita predecibles, y ese miedo gregario a quedarse fuera del baile, que a tantos atenaza, es su mejor baza.

En un programa del cómico televisivo estadounidense Jimmy Kimmel, hicieron una prueba de lo más ilustrativa: entrevistaron a diversos asistentes a un festival de música sobre grupos que se suponía actuaban en el festival, pero que en realidad no existían. El resultado fue que todos los entrevistados hablaron maravillas de los grupos, sin que ninguno reconociera que no los conocía.

Querer ser in, guay, estupendo (como nos decía un seguidor que somos a veces en este blog) en ocasiones lleva a cosas como éstas. El postureotan de moda últimamente (aunque lo esnob siempre ha existido), aparentar por encima de todas las cosas, adoptar una estética de tribu urbana sin tener ni idea del ideario que sustenta a ese “look tan wapo”, en definitiva, vender humo.

También se da el postureo lector, en el 2008 se publicó en nuestro país el libro del francés Pierre Bayard: Cómo hablar de los libros que no se han leído. El ensayo en cuestión no es un compendio de trucos para dárselas de lector, sino una inteligente reflexión sobre la lectura. Pero el postureo lector ha existido siempre, como recoge el periodista Ibáñez Ridao en su artículo Libros que dices que has leído y no es verdad. Y a  la inversa, algo tan clásico como admitir sin remordimiento que títulos como el Ulises de Joyce o En busca del tiempo perdido de Proust, son de los pocos libros que se te resistieron.

Moderna de Pueblo y sus cómics sobre el postureo hipster

Y esta esforzada lucha por posturear sólo puede llevar a la esquizofrenia: por un lado, no perderse nada para no dejar de estar en la onda; y por otro, la moda, las recomendaciones para encontrar trabajo, para destacar en el mercado (digital, comercial, del ligoteo o el que sea), pasan por singularizarse, por marcar la diferencia, por tener personalidad propia.

Bowie y Taylor: dos estrellas del XX derrochando carisma

Tal vez en esa fricción entre no salirse de lo que es cool, y posturear una personalidad arrolladora: se encuentre la razón de que ya no surjan artista tan carismáticos, arriesgados y potentes como los de siglo XX. No es que nos los haya, es que cada vez es más difícil diferenciar entre los auténticos creadores y los que simplemente posturean.

En las bibliotecas no nos salvamos del postureo, de ahí nuestro Trastorno bipolar bibliotecario, siempre haciendo equilibrios entre nuestro prestigioso pasado, y un incierto y tecnificado futuro. Pero la mejor manera de singularizarse, siempre pasará por tener la manga ancha a la hora de leer, ver cine, escuchar música, etc... Cuantos menos prejuicios mejor, y así iremos conformando nuestro criterio, ecléctico; sin seguir dictados que no sean aquellos que elegimos de manera consciente.


Y como metáfora perfecta de esta búsqueda de la singularidad, ¿qué mejor imagen que la de estos códigos de barras customizados creativamente, a juego con el producto al que identifican? Simulacros de personalidad propia escabulléndose entre las rejas de lo estandarizado. ¡Si hasta las vacas en Inglaterra llevan código de barras!, como ya contamos en Como vacas sin cencerro. Porque no tenemos tiempo para ponernos a ello, pero nos dan ganas de empezar a personalizar los códigos de barras de nuestros documentos, a juego con la historia que contengan.

Lana del Rey
Pero volviendo a las estrellas, el postureo, y lo estándar, vamos a concluir con dos estrellas unidas por una película de próximo estreno. La elaboradamente inquietante Lana del Rey, lleva aguantando desde que irrumpió en la escena musical todo tipo de suspicacias sobre su autenticidad, y sólo el tiempo y su bien llevada carrera hasta la fecha, están haciendo que importe poco si posturea más o menos. Siempre que siga dándonos versiones tan excitantes de temas clásicos como este disneyano Once upon a dream (Érase un sueño) pasado por filtro lynchiano (por David Lynch).

Es el tema central de la superproducción Maléfica, interpretada por otra estrella que posturea como nadie: Angelina Jolie. Ciertamente repasando su carrera no tropezamos con demasiadas joyas cinéfilas, pero no cabe duda que los labios más gruesos del panorama (con permiso de la propia Lana del Rey), saben posar como nadie, y resultar auténticamente fascinantes en la encarnación de la malvada más glamourosa de Disney, que haya existido jamás.




Viewing all articles
Browse latest Browse all 482

Trending Articles